Mensajes clave:

  • Solo un pequeño porcentaje de personas infectadas experimentan síntomas evidentes.
  • Las personas con síntomas suelen sentirse mal y/o presentar piel u ojos de tonalidad amarilla (ictericia).
  • Dado que muchas personas infectadas no experimentan síntomas, es importante no guiarse por la ausencia de ellos para no realizar la prueba de detección del VHC.
  • Si la hepatitis C no se trata, puede provocar daños hepáticos graves en el futuro.

Síntomas de infección aguda por el VHC

Una infección por el VHC reciente suele ser considerada “hepatitis C aguda”. Esta fase comprende los primeros 6 meses tras la infección. Aunque muchas personas no presentan síntomas en este periodo, puede resultarte útil conocer qué síntomas pueden ser indicativos de una infección por el VHC.

La infección aguda por VHC suena más grave de lo que es. La mayoría de casos de infección aguda no producen síntomas. Si se experimentan síntomas, suele tratarse de sensaciones de malestar no muy definidas. También se puede producir una coloración amarillenta de piel y ojos (ictericia).

  • Quiero saber más

    Posibles síntomas

    • Falta de apetito
    • Náuseas y vómitos
    • Cansancio anómalo
    • Síntomas pseudogripales
    • Fiebre
    • Dolor de estómago
    • Ictericia (ojos y piel con coloración amarilla)
    • Heces con coloración clara

     

    El tiempo transcurrido tras la infección hasta la aparición de síntomas varía de persona a persona. En promedio, suelen aparecer a las siete semanas de la infección, pero algunas personas experimentan síntomas dos semanas después de infectarse, mientras que otras comienzan a tener síntomas a las 26 semanas.

    Los síntomas, aunque poco definidos, pueden ser un motivo para realizarse la prueba de detección el VHC. Por otro lado, solo el 10% de las personas con infección aguda experimentan síntomas. Por este motivo, es mejor basar las decisiones sobre la realización de la prueba en el hecho de haber tenido prácticas de riesgo que basarlas en los síntomas.

Síntomas de la hepatitis C crónica

La fase crónica de la hepatitis C comienza a partir de los seis meses tras la infección, siempre que el organismo no haya logrado curarla durante la fase aguda. En esta fase, aproximadamente la mitad de las personas infectadas experimentan síntomas. El número de síntomas suele aumentar con el paso del tiempo.

  • Quiero saber más

    Posibles síntomas

    • Cansancio
    • Dolor muscular o articular
    • Pérdida de apetito
    • Malestar general


    Síntomas de infección crónica avanzada

    •  Ictericia (ojos y piel con tonalidad amarilla)
    • Acumulación de líquido en el estómago
    • Confusión mental
    •  Sangrado esofágico

    Algunas personas experimentan embotamiento mental que impide pensar con claridad. Otras personas experimentan depresión.

Efectos a largo plazo de la hepatitis C

Si la hepatitis C no se trata, el virus puede causar daños hepáticos graves en un plazo de entre 10 y 30 años después de la infección.

  • Quiero saber más

    Una hepatitis C sin tratar puede provocar fibrosis hepática (cicatrización del tejido hepático). Algunas personas experimentan cirrosis hepática (en la que el avance de la fibrosis comienza a comprometer el funcionamiento normal del hígado). En el peor de los casos, el hígado deja de funcionar adecuadamente y se hace necesario un trasplante hepático. La hepatitis C también incrementa el riesgo de padecer cáncer de hígado.

    ¿En qué momento tiene lugar el daño hepático?

    La velocidad a la que la hepatitis C afecta a tu salud depende de:

    • La edad: la progresión es más lenta si eres una persona joven.
    • El consumo de alcohol: incluso el consumo moderado puede provocar daño hepático.
    • Otras infecciones: tener el VIH y/o la hepatitis B acelera el daño hepático.


    Otros problemas

    La hepatitis C crónica no solo afecta al hígado. También incrementa el riesgo de enfermedades coronarias o cardíacas y diabetes. Si tienes el VIH, el riesgo de padecer estas complicaciones es aún mayor.