Mensajes clave:

  • La hepatitis C se transmite por el contacto con sangre, pero también es una infección de transmisión sexual (ITS).
  • Como ITS suele estar relacionada con redes específicas de hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (HSH).
  • Si no tratas la hepatitis C, su progresión a largo plazo puede provocar problemas hepáticos y cáncer de hígado.
  • La hepatitis C puede curarse con medicamentos. No obstante, una vez curada, puedes volver a adquirir el virus si continúas manteniendo prácticas de riesgo.
  • No existe una vacuna frente al virus de la hepatitis C (VHC). Sí que existen vacunas frente a los virus de las hepatitis A (VHA) y B (VHB).

Inflamación del hígado

Hepatitis significa «inflamación del hígado». Las hepatitis suelen estar causadas por virus. El virus causante de la hepatitis C es el virus de la hepatitis C (VHC).

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    Dicho virus fue descubierto en 1989. Hay 71 millones de personas a nivel mundial afectadas por este virus. Los hombres gais, bisexuales y otros HSH suponen un porcentaje muy pequeño del total de personas infectadas.

    El VHC puede hallarse en sangre, semen, fluido rectal y en las heces. Por lo tanto, la hepatitis C puede transmitirse por vía sexual –en concreto, a través de relaciones sexuales anales–. El mecanismo a través del cual se produce la infección por vía sexual no se conoce por completo. Quizás se debe a que el sexo anal sea la práctica con mayor probabilidad de que se produzcan pequeñas microlesiones en la mucosa anal (no visibles) con sangre. En el caso del sexo vaginal, el riesgo de transmisión de la hepatitis C es muy bajo. Como suele suceder con las ITS, la transmisión sexual del VHC suele darse con mayor frecuencia en hombres gais, bisexuales y otros HSH. Pero ello no significa que todos los hombres gais, bisexuales y otros HSH tengan el mismo riesgo: la transmisión suele producirse en redes específicas de contactos sexuales.

Una ITS grave

Si no tratas la hepatitis C, puede provocar el desarrollo de enfermedad hepática y/o cáncer de hígado en el futuro. Si, además, tienes el VIH, es más probable que los daños a nivel hepático se produzcan más rápidamente.

Diferencias entre las hepatitis A, B y C

Las hepatitis A, B y C son de tipo viral y afectan al hígado, pero hay algunas diferencias importantes entre las tres.

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    Tratamiento

    Hepatitis A: No hay tratamiento para la hepatitis A, por lo que es necesario cuidarse y esperar a que se resuelva de forma espontánea.

    Hepatitis B: El organismo puede curar por sí mismo la hepatitis B. Ello ocurre en la gran mayoría de adultos que se infectan. Dicha infección se cronifica en el 5% de los casos. En algunos de estos casos, la infección se puede curar con medicamentos. En otros, la medicación sirve para mantener bajo control la infección a largo plazo.

    Hepatitis C: La probabilidad de que el organismo logre curar por sí mismo la infección es más baja que con la hepatitis B. Entre aquellas personas que, además, tienen el VIH, solo el 10-15% consiguen curar la hepatitis C de forma espontánea. Sin embargo, la hepatitis C puede curarse con medicamentos de forma efectiva.

    Prevención

    Puedes vacunarte frente a la hepatitis A y B, pero aún no existe una vacuna frente a la hepatitis C. Si has pasado la hepatitis A o B, no te puedes reinfectar (el organismo desarrolla inmunidad a largo plazo una vez superadas). El caso de la hepatitis C es diferente: puedes volver a contraerla tras haberte curado.

Genotipos

Hay seis genotipos del VHC. Los hombres gais, bisexuales y otros HSH están mayoritariamente infectados por los genotipos 1 o 4. Las opciones de tratamiento para ambos genotipos son las mismas. En la actualidad, la práctica totalidad de las personas logran curarse con un ciclo de tratamiento de entre 8 y 12 semanas de duración.